Todos experimentamos estrés en algún momento de nuestras vidas. Es una respuesta normal y saludable ante los cambios o desafíos que enfrentamos. Sin embargo, si el estrés persiste durante semanas o más, puede afectar seriamente nuestra salud. Afortunadamente, hay formas saludables de reducir el estrés y evitar que enfermemos.
El primer paso para lidiar con el estrés es reconocer sus señales en nuestra vida. Identificar nuestras respuestas al estrés, como irritabilidad o problemas para dormir, es clave. Además, es vital reconocer las situaciones estresantes, como problemas familiares o financieros. Evitar respuestas poco saludables, como comer en exceso o consumir alcohol, es esencial. Buscar maneras más saludables de manejar el estrés nos ayudará a mantener una mejor calidad de vida.
Reconoce que hay cosas fuera de tu control y aprende a dejarlas ir para evitar sentirte alterado constantemente. Por ejemplo, si enfrentas tráfico en la hora pico, busca formas de relajarte durante el trayecto.
Si es posible, aléjate de las fuentes de estrés. Por ejemplo, si las discusiones familiares en días festivos te afectan, date un descanso y sal a caminar o maneja en automóvil para relajarte.
La actividad física diaria es una excelente manera de lidiar con el estrés. Al ejercitarnos, el cerebro libera químicos que nos hacen sentir bien y liberamos energía reprimida o frustración. Encuentra una actividad que disfrutes, como caminar, montar en bicicleta, nadar o bailar, e intégrala en tu rutina diaria.
Reemplaza los pensamientos negativos por pensamientos más constructivos. Por ejemplo, en lugar de pensar “¿por qué siempre me suceden cosas malas?”, cámbialo por “puedo encontrar una manera de superar esto”. Este cambio puede hacer una gran diferencia en tu perspectiva y bienestar emocional.
Cuando te sientas abrumado por el estrés, dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien y te ayuden a recargar energías. Puede ser tan simple como leer un libro, ver una película o salir a cenar con amigos.
La práctica de técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, puede ser una excelente manera de lidiar con el estrés diario. Estas técnicas ayudan a reducir el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
No dejes que te aleje de tu vida social. Pasar tiempo con familiares y amigos te permite olvidarte del estrés por un momento. Compartir tus problemas con alguien de confianza también puede ayudarte a encontrar soluciones.
Dormir adecuadamente es esencial para tener claridad mental y energía para enfrentar los desafíos. Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada noche.
Una alimentación equilibrada proporciona la energía necesaria para el cuerpo y la mente. Evita los alimentos con alto contenido de azúcar y consume muchas verduras, frutas y granos integrales.
Si el estrés proviene de tener demasiadas responsabilidades, aprende a establecer límites y pide ayuda cuando sea necesario.
Recuerda que, si sientes que no puedes manejar el estrés por ti mismo, siempre es recomendable buscar ayuda profesional. Un proveedor de atención médica o un terapeuta pueden ayudarte a encontrar otras estrategias efectivas para enfrentar el estrés. También existen grupos de apoyo que pueden brindarte la ayuda necesaria.
¡Cuida de ti mismo y comienza a desarrollar tus habilidades para manejar el estrés hoy mismo!
Fuentes:
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