La compasión, esa poderosa emoción que nos mueve a comprender y aliviar el sufrimiento de los demás, no solo tiene un impacto positivo en nuestras relaciones interpersonales, sino también en nuestro bienestar emocional y en el funcionamiento de nuestro cerebro. Conocer cómo la práctica de la compasión, junto con técnicas como el mindfulness, puede transformar nuestras vidas es fundamental para alcanzar una mayor paz interna y un sentido de conexión con los demás.

Definición de compasión:

La compasión se define como la capacidad de notar el sufrimiento ajeno, sentir empatía y ser movido a aliviarlo. Derivada del latín com (junto a, con) y pathos (sufrimiento), esta emoción nos conecta con el amor y el deseo genuino de ayudar a aquellos que atraviesan momentos difíciles. En un mundo laboral y personal lleno de desafíos y presiones, ser compasivo nos permite mostrar bondad y apoyo hacia los demás y hacia nosotros mismos.

Poner en práctica esta emoción tiene un impacto profundo en nuestro cerebro y bienestar emocional. Al practicarla, liberamos oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, que nos conecta emocionalmente con los demás y nos impulsa a establecer relaciones más positivas. Además, reducimos el estrés y la ansiedad, lo que nos permite mantener una mente clara y centrada para tomar decisiones más conscientes y empáticas.

Al igual que la empatía, la compasión nos permite identificarnos con los sentimientos de los demás, pero va un paso más allá al incluir la intención de actuar para aliviar su sufrimiento. Esto nos convierte en seres más sensibles y solidarios, capaces de brindar apoyo en momentos de necesidad.

La compasión no solo beneficia a quienes la reciben, sino también a quienes la practican. Promueve una visión más positiva de la vida y de uno mismo, fomentando la humildad y el crecimiento personal. Además, mejora la capacidad de atención, permitiéndonos mantener el enfoque en nuestras tareas y metas de manera más eficiente.

Ser compasivo y vivir conscientemente

Además de la compasión, la práctica del mindfulness ha sido reconocida por sus efectos positivos para la salud cerebral y emocional. El mindfulness es un conjunto de técnicas para estar presentes, que busca entrenar nuestra mente para centrar la atención y redireccionar los pensamientos. Al combinar el mindfulness con la compasión, podemos experimentar una transformación profunda en nuestra forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

Los beneficios del mindfulness incluyen la reducción del estrés y la ansiedad, la promoción de la salud emocional, el desarrollo de la capacidad de atención y la mejora de la calidad del sueño. Esta práctica es especialmente útil para cuidadores y personas que enfrentan situaciones estresantes. Al cultivar el mindfulness y la compasión, podemos enfrentar estos desafíos con mayor calma y claridad mental.

La compasión y el mindfulness no solo son prácticas individuales, sino que también tienen un impacto positivo en nuestras relaciones y en la sociedad en general. La compasión fomenta la solidaridad y la empatía en la comunidad, creando un entorno más positivo y saludable para todos.

En resumen, ser compasivo y practicar el mindfulness son dos herramientas poderosas para mejorar nuestro bienestar emocional y la salud de nuestro cerebro. Estas prácticas nos permiten conectar con nuestro lado más humano y construir relaciones más significativas con los demás. Al cultivar la compasión y el mindfulness, podemos enfrentar los desafíos de la vida con una mayor serenidad y generosidad, promoviendo así un mundo más empático y compasivo para todos.

Fuentes: 

-Gaceta UNAM

-Fundación Pasqual Maragall