La comunicación es una parte esencial de nuestras vidas, pero a menudo nos enfrentamos a desafíos en cómo nos expresamos y cómo escuchamos a los demás. Una comunicación deficiente puede generar malos entendidos y conflictos en nuestras relaciones personales y profesionales. La práctica del mindfulness nos ofrece herramientas para mejorar la manera en que entendemos los principios de la comunicación y establecer conexiones más significativas con los demás.

¿Qué es la comunicación mindful?

La comunicación mindful implica estar plenamente presentes en el momento y comprometidos con lo que estamos escuchando o expresando. Es escuchar y comunicar con los cinco sentidos, sin juicios ni distracciones. Al comenzar a practicar una comunicación consciente, cultivamos relaciones más saludables y significativas. A todos nos gusta sentirnos escuchados, y esto es posible cuando nos entregamos completamente a la comunicación.

Los ocho principios de la comunicación mindful

Según Oren Jay Sofer, existen ocho principios que pueden ayudarnos a mejorar nuestra comunicación diaria:

Escucha: 

La base fundamental de toda comunicación es escuchar auténticamente al otro, sin juzgar. Demasiado a menudo, estamos presentes físicamente, pero nuestra mente divaga hacia otros pensamientos. Practicar la presencia plena nos permite realmente estar ahí para la persona con la que estamos hablando.

Tomar conciencia:

El siguiente paso es tomar conciencia de lo que estamos experimentando durante la comunicación. Identificar las sensaciones, emociones y pensamientos que surgen en nosotros nos permite comprender mejor nuestras reacciones y respuestas.

Reflejar la escucha:

Una parte crucial de la comunicación es asegurarnos de que la otra persona se sienta escuchada. Podemos hacer esto reflejando lo que nos están diciendo con gestos, sonidos o frases cortas que demuestren que estamos conectados con ellos.

Tratar de entender: 

A menudo damos por sentado que entendemos completamente lo que el otro nos está diciendo, pero esto no siempre es cierto. Es útil hacer preguntas sencillas para aclarar puntos o repetir lo que hemos escuchado en nuestras propias palabras para asegurarnos de que estamos en la misma página.

Identificar las necesidades: 

Cada petición tiene una necesidad subyacente que debe ser reconocida. Ser capaces de detectar nuestras propias necesidades y las de los demás, sin juicios, nos permite encontrar soluciones creativas y satisfactorias.

Tomar conciencia de nuestras emociones:

Ser conscientes de nuestras emociones sin apegarnos a ellas nos ayuda a gestionar nuestras respuestas emocionales y evitar reacciones impulsivas en nuestras interacciones.

Responsabilizarse de nuestra parte de la comunicación:

Si bien no podemos controlar cómo la otra persona reacciona o se comunica, sí podemos asumir la responsabilidad de nuestra propia parte y esforzarnos por mejorarla desde un lugar de respeto y conciencia.

Escuchar la necesidad del otro:

Escuchar y comprender las necesidades de la otra persona abre nuevas vías de diálogo y entendimiento. El diálogo verdadero se da cuando ambos lados están dispuestos a cambiar y adaptarse.

La práctica del mindfulness no se limita al ámbito personal; también puede transformar nuestras relaciones interpersonales. Cultivar la conciencia en nuestras comunicaciones nos permite crear vínculos más auténticos y profundos, gestionar conflictos de manera más saludable y, en última instancia, enriquecer nuestras conexiones con los demás. Al aplicar estos principios de comunicación consciente, podemos avanzar hacia una vida más plena y significativa.

Fuentes: 

-Sukha mindfulness
-Universidad Industrial de Santander